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Todo tiene su tiempo.

Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. - Eclesiastés 3:1 El tiempo es uno de los bienes más preciosos que tenemos a nuestra disposición.  Con él podemos hacer lo que agrada a Dios y así tener días provechosos, o podemos ser negligentes en cuanto a su voluntad y desperdiciar el tiempo que se nos concede en nuestra vida.  Presta atención a lo siguiente: si es tiempo de trabajar y perdemos el tiempo distraídos con otras cosas estamos procrastinando y siendo perezosos.  Pero si, por ejemplo, es tiempo de descansar o de convivencia y solo pensamos en el trabajo estamos fallando, concediéndole más valor, colocándolo en el lugar de la familia y del descanso. La Biblia nos muestra en este pasaje que todo tiene un tiempo específico.  Por eso debes priorizar lo que es prioritario de verdad y asumir la responsabilidad por el buen uso de tu tiempo.  No lo desperdicies con cosas de menor valor.  Organízate, sé disciplinado y ten equilibrio en la gestió
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Necesitas creer para estar cerca

Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6) «Sin fe es imposible agradar a Dios» es una frase muy conocida de Hebreos 11:6 que no es muy bien entendida. La fe es un requisito básico para acercarse a Dios. ¿Cómo podemos querer que Dios esté cerca si realmente no creemos en él? ¡Imposible! Creer es más que afirmar, ¡es posicionarse! No es suficiente decir que crees en Dios, necesitas vivir como alguien que cree. La fe es precisamente actuar y todos los días hay oportunidades para ejercitar nuestra fe. Por lo tanto, acércate a Dios y pon en práctica su Palabra diariamente. Dios está cerca de quien cree Si de veras crees en Dios, ya él está contigo. Ahora debes vivir como quien cree. Cuanto más creemos, más avanzamos en la fe. Los desafíos aumentan, pero nuestra intimidad con Dios también es más estrecha. Para orar: Señor Dios, tu Palabra me ha desafiado y ha ampliado mi

Escoge perdonar

En la vida, somos llamados a reflejar la gracia de Dios en nuestras relaciones. En Colosenses 3:13, se enfatiza la importancia del perdón, un regalo que el Señor nos da en abundancia. Así como recibimos ese perdón incondicional, tenemos el desafío de extenderlo a los demás.  Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. (Colosenses 3:13) Al soportarnos unos a otros, abrimos espacio para que florezca la compasión. En tiempos de conflicto, la paciencia se convierte en nuestra armadura y el amor en nuestro escudo. El perdón, entonces, se revela como el elixir que cura las heridas del corazón y de la mente. Cada vez que perdonamos, mostramos que la gracia de Dios está presente en nuestras vidas. No se trata solo de dejar ir el dolor, sino también de mostrar el amor que va más allá de nuestros errores. Así como Dios nos mira con misericordia, nosotros debemos mirar a nuestros hermanos con ojos de perdón. Porque si pe

Sinopsis del Nuevo Testamento (9. 2 Corintios)

EL MENSAJE DE SEGUNDA DE CORINTIOS Al leer la segunda epístola de Pablo a la iglesia de Corinto nos damos cuenta de que es la más personal y emocional de sus epístolas. En ella se trasluce el sentimiento de las glorias de la gracia de Dios. El haber podido visitar Corinto en mi último viaje fue una conmovedora experiencia para mi. Queda muy poco en pie de la ciudad original porque fue destruida por los romanos poco después de que Pablo la visitase y ha estado en ruinas desde entonces, pero quedan aún algunas columnas del templo, así como el mercado y otros lugares públicos de la ciudad, que se pueden discernir claramente y la calzada que existe actualmente de la sala del tribunal del procónsul romano está bien conservada. No me resultó difícil imaginarme al apóstol Pablo descendiendo de Atenas a la ciudad que en aquel entonces era un centro de placer, una gran ciudad comercial y además una ciudad de gran belleza en la que había muchos, muchos templos. Tenía fama de ser el centro de la

La gloria es de Dios

En la vida, muchas veces nos enfrentaremos a retos, desafíos, luchas, logros y momentos de gran alegría.  En medio de todo esto, es importante recordar que la gloria no es nuestra, sino de Dios.  Él es el autor de todas las cosas y merece todo el honor y la alabanza. Cuando logramos el éxito en nuestros planes, no debemos enorgullecernos como si fuera únicamente mérito nuestro.  Es Dios quien nos fortalece, nos guía y nos da oportunidades.  Es él quien nos sostiene en los momentos más difíciles ahí está el y nos bendice abundantemente. La Palabra de Dios nos enseña que debemos glorificar al Señor en todo lo que hacemos.  En esta carta  1a Corintios 10:31 dice: «En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios».  Esto significa que nuestras vidas deben reflejar la grandeza y la bondad de nuestro Creador en todos los ámbitos. Cuando reconocemos que la gloria es de Dios, nuestra humildad aumenta y nuestra gratitud florece.  Siempre d

Intercediendo por un hermano

En un mundo donde cada uno piensa solo en sí mismo, la importancia de orar por nuestros hermanos en la fe nunca ha sido tan vital. El apóstol Juan nos enseña en su carta que la oración es un acto de amor y cuidado mutuo. Lo expresa en 3 Juan 1:2: Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2) Cuando acudimos a Dios en intercesión por nuestros hermanos, demostramos nuestra preocupación no solo por su bienestar físico, sino también por su salud espiritual. Nuestras oraciones tocan el cuerpo, y también tocan el alma, nutriéndola con la paz y la gracia de Dios. La oración es un acto poderoso de conexión con Dios. Cuando llevamos a nuestros hermanos ante Dios en oración, los encomendamos al cuidado del Todopoderoso, aquel que puede sanar, restaurar y bendecir abundantemente. En nuestras oraciones podemos pedir por la salud física, mental y emocional de nuestros hermanos, y también podemos clamar por su prosperidad en t

No dejes que el dinero te domine

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré». (Hebreos 13:5) El dinero es necesario para que administremos nuestra casa y nuestros compromisos. Si somos sinceros, ¿a quién no le gustaría tener una condición financiera estable? Pero es por causa de esa "tranquilidad" que muchos enfocan su mente en el ámbito terrenal y se olvidan de lo espiritual. Aunque se haga por medios y motivos dignos, "correr detrás del dinero" nos puede alejar del Señor. Cuando estamos en una búsqueda desenfrenada de mejores condiciones financieras podemos dar paso al pecado. Además de esto, el amor al dinero nos hace ser ingratos con lo que Dios ya ha hecho por nosotros. ¡Dios nunca nos abandonará! Tal como él cuida de los lirios del campo así cuida de cada uno de nosotros con amor. No te preocupes por el dinero y no tengas sus frutos como el objetivo de tu vida. Ten a Dios como tu meta y él aumentará todo

Iluminado e iluminando

La luz es algo poderoso. Disipa la oscuridad y revela el camino que tenemos delante de nosotros.  Así como la luz física nos guía, la luz espiritual nos ilumina.  Como cristianos, estamos llamados a dejarnos iluminar por la verdad e iluminar al mundo con el amor de Cristo. En Mateo, Jesús nos dice: Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede ser escondida. Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16) Estas palabras nos recuerdan que no debemos ocultar la luz que hay en nuestro interior.  Debemos permitirle brillar para que otros puedan ver el amor y la verdad de Dios a través de nosotros.  Cuando vivimos según las enseñanzas de Jesús, somos como faros que guían a otros hacia él. Sin embargo, para iluminar al mundo,

El corazón alegre hermosea el rostro

El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.(Proverbios 15:13) Hay días en los que nos sentimos mal, quisquillosos y malhumorados.  Es cierto que hay muchas razones para sentirnos así, pero una de ellas es que estamos tristes.  Nuestras emociones pueden perjudicarnos mucho socialmente, profesionalmente y hasta espiritualmente. Como vemos en el versículo de hoy, cuando tenemos un corazón alegre se refleja en el rostro y en nuestro espíritu delante de Dios y de las personas.  Necesitamos dejar que el Señor entre con su alegría y llene todo nuestro corazón. Cuando permitimos que la Palabra de Dios renueve nuestro entendimiento diariamente, eso también afecta nuestras emociones.  Si buscamos a Dios constantemente por medio de la Biblia sagrada y la oración, nuestras emociones se robustecerán y serán más equilibradas en Cristo.  Así la alegría de Dios habitará en nuestro corazón, haciéndonos personas más bonitas, felices y con buena disposición.  ¡Llena