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Mostrando entradas de junio, 2015

"¿La Historia de Caín y Abel en La Tierra donde nacieron, preguntas sobre Cain y Abel,?

Caín y Abel, (Génesis 4:1-8) Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido varón con la ayuda del Señor. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra.  También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. Entonces el Señor dijo a Caín:  ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo. Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. La maldición de Caín (

"¿Tiene Ud. Vida Eterna?"

Respuesta: La Biblia presenta un sendero claro hacia la vida eterna. Primero, debemos reconocer que hemos pecado contra Dios. En las Sagradas Escrituras leemos en Romanos capítulo 3 y el versículo 23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Todos hemos hecho cosas que desagradan a Dios, las cuales nos hacen merecedores de castigo. Debido a que a la larga todos nuestros pecados van en contra de un Dios eterno, únicamente bastaría un castigo eterno. Pero, en Romanos capítulo 6 y el versículo 23 leemos, “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro.” En 1 de Pedro capítulo 2 y el versículo 22, leemos que Jesucristo es el santo Hijo de Dios, sin pecado. En Juan capítulo 1, los versículos 1 y 14, leemos que el eterno Hijo de Dios, se hizo hombre y murió para pagar nuestro castigo. En Romanos 5:8 leemos: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nos

Grandeza del Dios de Israel!

El Dios todo poderoso ¿Quién ha medido el océano con la palma de la mano, o calculado con los dedos la extensión del cielo? ¿Quién ha puesto en una medida todo el polvo de la tierra, o ha pesado en balanza las colinas y montañas?  ¿Quién ha corregido al Señor o quién le ha dado instrucciones? ¿Quién le dio consejos y entendimiento? ¿Quién le enseñó a juzgar con rectitud? ¿Quién le instruyó en la ciencia? ¿Quién le dio lecciones de sabiduría?  Para él las naciones son como una gota de agua, como un grano de polvo en la balanza; los países del mar valen lo que un grano de arena. En todo el Líbano no hay animales suficientes para ofrecerle un holocausto, ni leña suficiente para el fuego. Todas las naciones no son nada en su presencia; para él no tienen absolutamente ningún valor. ¿Con quién vais a comparar a Dios?   ¿Con qué imagen lo representaréis? Un escultor funde una estatua y un joyero la recubre de oro y le hace cadenas de plata. El que fabrica una estatua escoge m

Que es lo Que la Escritura dice, acerca de la Salvacion!

Pero ahora, aparte de la ley, Dios ha dado a conocer de qué manera nos hace justos, lo cual se comprueba por los libros de la ley y los profetas:   Dios, por medio de la fe en Jesucristo, hace justos a todos los que creen.  Pues no hay diferencia, porque todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos mediante la liberación realizada por Cristo Jesús.  Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quiso Dios demostrar su justicia, y mostrar que si pasó por alto los pecados de otro tiempo fue solo por su paciencia, y que él, siendo justo, también en el tiempo presente hace justos a quienes creen en Jesús. Preguntas: ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre delante de Dios? ¡Queda excluido! ¿Y por qué razón? ¿Por haber cumplido la ley? ¡No, sino por haber creído! Así llegamos a esta conclusión:   Dios hace justa a la persona que tiene fe,

Señor, ¿qué quieres que yo haga?

Leer: Hechos 9:1-9
 El 6 de junio de 1944, tres oficiales norteamericanos reunidos en una playa de Normandía, en Francia, se dieron cuenta de que la marea los había arrastrado al lugar equivocado y tomaron una decisión improvisada: «Empezaremos la batalla desde aquí». Tuvieron que avanzar desde un punto de partida complicado. Saulo se encontró en un lugar difícil y tuvo que tomar una decisión tras encontrarse con Jesús camino a Damasco ( Hechos 9:1-20 ).  De pronto, se le reveló que su vida estaba en el lugar equivocado e iba en la dirección incorrecta.  Tal vez sintió que todo había sido un desperdicio.  Avanzar sería difícil y requeriría un gran esfuerzo; incluso, tendría que enfrentarse con familias cristianas a las que había destruido.  Aun así, respondió: «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» (v. 6). A menudo, nos encontramos en lugares inesperados, que nunca planeamos y donde preferiríamos no estar: ahogados por las deudas, limitados por barreras físicas o sufriendo las

Estas perplejo ?

Leer: Proverbios 30:1-4 Aportacion de: Ben Ayala ¿Qué es más grande que Dios y más malo que el diablo? Los pobres lo tienen. Los ricos lo necesitan. Y, si lo comes, mueres. Este acertijo me dejó perplejo ! No supe la respuesta porque dejé que mi mente se distrajera de lo obvio, la respuesta es: nada . Este acertijo me recuerda otra prueba de ingenio que, seguramente, fue mucho más difícil de resolver cuando se formuló por primera vez. Un anciano sabio llamado Agur, preguntó: «¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?» ( Proverbios 30:4 ). Hoy sabemos la respuesta a estas preguntas, pero, a veces, cuando estamos en medio de cuestionamientos, preocupaciones y necesidades, tal vez perdemos de vista lo obvio. Los detalles de la vida pueden distraernos fácilmente de Aquel que responde el acertijo más import

La buena noticia es! Jesuscristo!

Principio de la buena noticia de Jesucristo, el Hijo de Dios. El profeta Isaías había escrito: “Envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor, abridle un camino recto!’ Sucedió que Juan el Bautistae se presentó en el desierto bautizando a la gente. Les decía que debían convertirse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonase sus pecados. De toda la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén salían a oirle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán. Juan iba vestido de ropa hecha de pelo de camello, que se sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; y comía langostasi y miel del monte. En su proclamación decía: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo.” Marcos 1: 1 - 8. Jesús sana a muchos enfermos (Mt 8.16-17; Lc 4.40-41)