Aportacion de: Ben Ayala
Dondequiera que van los atletas que participan en los Juegos Olímpicos 2016 en Río de Janeiro, podían ver a Jesús.
Sobre el Corcovado, un monte de casi 700 metros de altura en esta ciudad brasileña, se eleva una estatua de unos 30 metros de altura, llamada Cristo Redentor. Con los brazos extendidos, esta enorme figura se ve de día y de noche desde casi toda la vasta metrópolis.
Por más alentadora que sea esta escultura de cemento y esteatita para todos los que miren hacia arriba y la vean, mucho más reconfortante es que el Jesús vivo y verdadero nos ve a nosotros.
En el Salmo 34, David lo explica así: «Los ojos del Señor están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos» (v. 15).
Además, señaló que, cuando los justos claman a Él por ayuda, «el Señor oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu» (vv. 17-18).
Pero ¿quiénes son los justos?
Los ojos de Jesús están puestos sobre ti.
Oremos: "Señor, guíame por tu Palabra y tu Espíritu en el camino correcto, Amen"
El Señor siempre nos mantiene a la vista.
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