Aportacion de: Ben Ayala
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Un hombre que conducía su camioneta por un camino rural vio a una mujer que llevaba una carga pesada, así que se detuvo y ofreció llevarla. La mujer le dio las gracias y subió a la parte de atrás.
Al rato, el hombre notó algo extraño: ¡la mujer seguía cargando el peso aunque estaba sentada en el vehículo! Asombrado, le rogó: «Señora, por favor, deje la carga y descanse. Mi camioneta puede llevarla a usted y sus cosas».
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¿Qué hacemos nosotros con las cargas de temor, preocupación y ansiedad que solemos acarrear al enfrentar los desafíos de la vida?
- En vez de descansar en el Señor, a veces, nos comportamos como esa mujer.
Jesús declaró: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28); sin embargo, me he encontrado llevando cargas que debería dejarle a Él.
- La oración es el medio para entregarle al Señor nuestras cargas.
El apóstol Pedro aconseja: «echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Pedro 5:7).
Cuando entendemos que el Señor se interesa por nosotros y aprendemos a confiar en Él,
podemos descansar y relajarnos.
En lugar de agobiarnos con cargas pesadas, podemos dárselas a Él para que las lleve.
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Oremos:
"Señor, estoy cansado. Aquí están mis cargas. Por favor, tómalas y llévalas por mí, Amen"
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Hno. Ben Ayala
" La oración es el lugar
donde las cargas cambian de hombro. "
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